jueves, 5 de marzo de 2015

La paja en el ojo


Aquel árbol no era del bien ni del mal: lo mismo pernoctaban en sus ramas serpientes de tres ojos que pájaros de trinos claros; bajo su sombra hacían la siesta trotamundos inocentes que bandidos y asesinos perseguidos por la justicia. Al reclamo de los otros árboles, que lo acusaban de no tener principios ni moral, el árbol jorobado se apuraba a madurar los frutos que de un momento a otro buscarían hambrientos los recién llegados.


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